X Festival Flamenco de La Tierra del Vino: MORALES DEL VINO CULMINA SU DECENIO FLAMENCO CUM LAUDE
Cierto es que en la programación artística de esta edición, cerrada
hace prácticamente un año, se había apostado sobre seguro. A tiro hecho,
con artistas del máximo nivel y profesionalidad, por lo que casi todo
salió según las previsiones. Todo menos el tiempo. Por eso hubo que
trasladar el espectáculo desde su entorno natural en el Patio del
Flamencólogo José Blas Vega al multiusos José Hernández Macías, y contar
con el mago de la acústica imposible Pedro Galende.
Las guitarras preludiaban una continuidad redonda. Francis Pinto,
Antonio de Patrocinio y nuestro Antonio Regalado, que no desmereció en
ningún momento, metieron al público en faena.
Sube Santiago García, presidente de la Peña para dar las buenas
noches y agradecer al Ayuntamiento de Morales la apuesta por el flamenco
de altura. Concretamente agradece a su alcalde la confianza depositada
en La Peña y a su teniente de alcalde la disposición y celeridad para
con todo lo concerniente al evento. Agradece también el apoyo de Caja
Rural –por cierto, muy bien representada por su director general
Cipriano García Rodríguez y el secretario de su Fundación Feliciano
Ferrero- Sube enseguida José María Barrios para recibir el protocolario
cartel enmarcado. Invitan a Ana Mulas para que agasaje a Maritere Ruiz,
esposa de Blas Vega, con un detalle alusivo al Cristo de Morales.
Maritere habló y dijo lo que le salió del alma después de una tarde pre
Festival con idas y venida por parte de todos los artistas, en forma de
peregrinaje devoto, al patio que lleva el nombre de su universal marido,
con fotos y algunas lágrimas incluidas por la emoción de entorno tan
significativo. Vuelve a quedar patente que los artistas y los
aficionados de pro veneran la memoria del insigne flamencólogo.
Retoma el mando un pletórico e ilustrativo Juanjo Seguín durante todo
el evento, para anunciar a los artistas de la tierra: Clemen Valle y
Antonio Regalado. En su interpretación tanto de la farruca como de las
antológicas soleares, hasta once, dejaron meridianamente claro que el
listón lo ponían alto, más bien altísimo.
Llega el turno de Manuel Cuevas y Francis Pinto iniciando por
malagueña; rondeña y remate por Frasquito Yerbagüena. Público ya
enardecido en su totalidad; alegrías personales y preciosas. Encaran el
meollo de la velada, dedicada al Festival Internacional del Cante de las
Minas, teniendo en cuenta la relación de los artistas con semejante
acontecimiento, Manuel Cuevas hace murciana, cartagenera y minera para
enmarcar. Aplausos a raudales. Siguen por tangos. Después se acuerdan de
Rafael Farina con “Vino amargo”, la canción aflamencada “Señorita” y
fandangos que hacen que el público se levante de sus asientos
aplaudiendo largamente. Impresionante la actuación de ambos y más alto
el listón.
Cynthia Cano, la mejor heredera y depositaria del monumental arte de
Carmen Amaya, irrumpe rompedora por tarantos para cerrar la primera
parte. Lógicamente con pantalones. La refrendan Gabriel de La Tomasa y
Trini de La Isla en el cante y Juan Jiménez en el toque. Magnífica, y
sólo tiene veinte añitos, pero estamos ante una fenomenal bailaora
llamada a marcar época. Se despidió hablando del amigo y maestro Blas
Vega. Prolongadísima ovación y descanso
Abre de nuevo la murciana Cynthia Cano por soleares. Simplemente
imponente, en su manejo del mantón de Manila y su bata de cola larga,
artes solamente al alcance de las más grandes bailaoras de la historia
del flamenco. El entendido público zamorano lo ha sabido ver
recompensándoselo con un caluroso y prologado aplauso poniéndose de pie.
Quedaba mucho más.
Rocío Segura con su pareja artística y personal, como muy bien
anunció Juanjo Seguín, abren por tangos variados y antológicos.
Continúan por soleares volviendo a enardecer al respetable al que en
ningún momento se le dio tregua durante todo el Festival. Quiero decir,
que a cada buen momento sucedía otro mejor. Minera y levantica con
taranta de Almería coronado todo ello por Frasquito. El delirio con
Rocío y con Antonio de Patrocinio. Bulerías y fandangos donde se pone
fuera de micrófono y entona “A Morales he venido, en Almería nací …”
provocando el clímax en el respetable. Faltaba la espuela.
Y la puso el cantaor y guitarrista de la noche. El hegemónico Ricardo
Fernández del Moral. La guinda de un pastel sobrado de alicientes.
Abrió por granaina y malagueña del Mellizo; soleares; minera; taranta de
Linares y fandango minero. Zambra de Miguel de Molina acordándose de
Ramón Perelló, hijo de La Unión, bulerías dedicadas al Ayuntamiento de
Morales, La Peña y especialmente a su presidente Santiago García Martín.
Remata por fandangos para darle a una velada -que sobrepasó las cinco
horas sin hacérsele larga a nadie- el lustre y definitivo empaque,
motivando la unánime petición de que por favor se repita. Todo se
andará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario