«Por mí, como si tiene que venir una ambulancia a recogerme al teatro»
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Cynthia Cano , Bailaora y coreógrafa
Unas rosas. Rojas, por favor. Si quiere regalarle unas flores, son
esas las que ella prefiere, «aunque como me gustan todas las flores, y
las rosas son las más caras, me pongo igual de contenta con las que
sea». Rosas como las que se imaginaba el poeta, inmóviles por el cielo o
casi eternas en un ramo, buscando algo que no es ni la aurora, ni la
ciencia, ni la sombra. Ella es Cynthia Cano (Las Torres de Cotillas,
1993), bailaora y coreógrafa. El poeta es nada menos que Federico García
Lorca, autor de nada menos que 'Poeta en Nueva York' (escrito entre
1929 y 1930), poemario en el que se ha inspirado la artista murciana
para la creación de su primer gran espectáculo, 'De Alfa a Omega', que
mañana, a las 21.00 horas, estrena en el Teatro Romea. Junto a ella, en
escena, arropados por la música y el cante en vivo, los bailaores Juan
de Juan y Christian Lozano. Y en uno de los palcos, para apoyarla y
demostrarle su afecto y la confianza que tienen en ella, dos grandes de
la danza española: los maestros Merche Esmeralda -exdirectora de la
compañía Merche Esmeralda y el Ballet Región de Murcia- y El Güito. Otro
grande, Javier Latorre (Premio Nacional de Danza 2011), ha
coreografiado para ella el final del espectáculo, en el que baila
'Ciudad sin sueño', la creación musical de Enrique Morente.
Ciudad sin sueño', la creación musical de Enrique Morente.
-¿Cómo está de bien y de mal?
-Pues de bien, con una felicidad que no me cabe en el cuerpo, porque poder estrenar este espectáculo en el Teatro Romea es un sueño hecho realidad, aunque me estoy dejando la piel en el sueño [risas]. Y mal no estoy; al contrario, estoy muy agradecida a la vida y a toda la gente que me quiere y cree en mí, aunque lo que sí que estoy es muy nerviosa. Nervios tengo para dar y regalar.
-¿Y qué va a hacer con ellos?
-Controlarlos. Saco mi carácter, que lo tengo y mucho, como mi padre y
mis hermanos, porque mi madre es mucho más tranquila, y los pongo en su
sitio. Yo quiero el día del estreno disfrutar como una loca bailando, y
más sabiendo que estarán viéndome maestros tan grandes como Merche
Esmeralda y El Güito, que vienen a Murcia para el estreno. Esa noche sé
que voy a acabar muerta, porque me pego una paliza a bailar [fandangos,
taranto, soleá por bulerías, tanguillos-bulerías, soleá, alegrías...],
pero no me importa; por mí, como si tiene que venir una ambulancia a
recogerme al teatro. Yo lo que quiero es no decepcionar a nadie, y estar
a la altura del cariño y el apoyo que siempre he tenido en mis padres, y
en mi profesora y maestra de toda la vida, María Dolores Ros, que para
mí es como mi segunda madre; y en mis amigos, y en otros grandes del
flamenco a los que adoro como Javier Latorre, que ha creado para mí una
coreografía.
-¿Qué ha aprendido de todos ellos?
-Lo fundamental, a amar el flamenco, a vivir con pasión el baile y a
ser muy profesional en el trabajo. Yo soy una persona muy seria con el
trabajo, aunque, como soy muy alegre, me pase el día riéndome todo lo
que pueda; me gusta ser formal. Tengo 21 años, soy casi una niña, pero
llevo bailando toda mi vida, porque desde muy niña tuve muy claro que
esto era lo mío, lo que más me gusta y más me divierte, y en lo que
tengo algo que aportar.
-¿Qué quiere conseguir?
-Yo no pienso en ser famosa, yo pienso en ser una figura del baile
respetada, a la que el público tenga ganas de ver bailar, y de la que se
acuerden los teatros y los festivales porque he ido dejando una huella
por donde he actuado. Quiero dejar una huella en la historia del baile
flamenco, sí, aunque sea pequeñita; eso es a lo que aspiro y por lo que
trabajo sin parar, y lo digo sin queja ninguna.
-¿Cómo empieza el día?
-Corriendo, 45 minutos diarios.
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