Antonio Parra Pujante Esta foto colgada por Cynthia Cano, en la que aparece ella bailando por soleá con mantón y bata de cola, con el buen cante del tío Pepe Jiménez, "El bocadillo", fue, efectivamente, en las jornadas flamencas de Valladolid, hace unos días, una actividad ya clásica impulsada por el ayuntamiento de la ciudad con la coordinación de Pedro Sanz y que concluyen cada año con una preselección del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión. De esa preselección salió el año pasado el que luego se alzaría, ya en el escenario unionense, con la Lámpara Minera del certamen, Jeromo Segura.La actuación sirvió para comprobar el crecimiento y madurez que va adquiriendo la joven bailaora murciana. Cynthia bailó de inicio una recreación por malagueñas casi goyesca, muy en la escuela bolera, que domina dada también su formación clásica en danza. Luego vino el Martinete, golpeando como en la fragua, el martillo; y alegrías, tientos tangos y la gran soleá, sin faltar una pataíta por bulerías junto a todos los músicos como despedida. Una actuación larga y densa con su nuevo espectáculo en el que recrea momentos simbólicos del baile (por ejemplo, los movimientos con sombrero evocando a Pastora Imperio) y realizó diversos homenajes y un repaso intenso a diversos palos, con los que demuestra su amplio conocimiento. Cynthia va adquiriendo ya esa especie de picardía como inocente, pellizcona y jonda, que convierte a una bailaora de simple repetidora automática de movimientos aprendidos en verdadera artista jonda. En ella tenemos, para mí, a la mejor bailaora individual que ha dado la Región de Murcia. Se merece todo el éxito del mundo.
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